Una de las
tradiciones árabes más placenteras se está imponiendo en nuestro país. El hammam o baño árabe público no cubre sólo funciones de descanso e higiene, sino que también es un lugar de reunión social y política. . Conviene comenzar por la templada, seguir por la
caliente y finalizar con un chapuzón en la pileta fría. El ambiente es
silencioso y sólo se oye de fondo una música relajante, lo que permite
recuperar la energía del cuerpo y descansar la mente.
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